lunes, 22 de agosto de 2022

La estrella que se apago

 En un mundo tan enmascarado quizás dudar sea lo adecuado

pero no recuerdo cuando, que día, comencé a pensar

que podía confiar en algo

que ya no quiero recordar. 

No esperaba nada,

hasta que una risa tímida me llego regalada

una mano que se acercaba y me prometía

un camino que no fuera tan solitario, sin despedidas. 

Pero siempre llega y sabia

que algún día pasaría

y todas las razones por las que tanto te quise

parecían irse entre peleas grises.

Aquella vez desee

olvidarme que te quise como un pez

mordiendo mi propia cola

y olvidando las razones por las que te perdone. 

Las risas contagiosas 

los momentos a solas 

los abrazos sentidos 

y los secretos compartidos que nada valían.

Quizás soñar con una amistad como esa 

no debería haber pasado

pero te vi sonreír tanto que creí

que era algo bueno tenernos en los malos momentos

pero nada bueno es barato

y yo no fui suficiente,

(como digo siempre

aunque se que no hay razón para decirlo)

nada de lo que pudiera darte en mi corazón

podría ayudarte a sentir que allá afuera

hay cosas valiosas -como éramos nosotras-

pero lo que brilló

solo me cegó 

y todos esos recuerdos

ahora se camuflan en el dolor. 









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