lunes, 16 de febrero de 2015

Una felicidad que hace que las tristezas caduquen.

Una gota que cae del cielo, es lo mismo que una canción esperanzadora, de esas que yo se que te gustan y de las que yo disfruto. 
Un sol en la mañana que aparece para quedarse hasta que se vuelve noche y debemos volver a nuestras camas, solos esperando el próximo amanecer.
El viento que barre el rencor lejos de nuestras manos y nos deja expectantes queriendo volver a encontrarnos para discúlpanos, abrazarnos y bebernos las caricias que no nos dimos. 
La soledad de una habitación que no tiene tu olor es equivalente al dolor que siento cuando quiero estar cerca tuyo y ahí estamos, juntos... y lejos.
Una mirada hacia la nada me recuerda que estas frente a mi y que quiero verte, que nada en el mundo me colma de tanta felicidad que estar con vos y tener tus besos al alcance de mi mano, que tu nombre invada mi vida y que entraste en ella para quedarte.

Cada pequeña cosa, amarga o llena de felicidad me recuerdan a ese día en el que decidí hacerte mio, tenerte, donde realmente dije "Me quedare contigo, quédate conmigo también, por favor", la noche en la que de un beso enternecí, donde yo pertenezco y donde quiero estar siempre. 


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