jueves, 23 de febrero de 2017

De todas las noches

Me había dicho a mi misma, para probarme una estupidez que ahora no tiene sentido
que iba a dejar que todo el mundo comentara gratuitamente sobre lo que debía o no hacer,
sobre lo que quisieran de mi, sincerandose conmigo sobre quien creían que yo era.
El ser tan influenciable, ingenua y fácil de convencer me hizo pensar que quizás, con toda esa gente opinando sobre todo en lo que a mi respecta, mis sentimientos serian otros, mas genuinos.
Me aleje de esas personas lengua floja y calculadoras que yo pensaba que manejaban las cuerdas de mi cuerpo, como mis titiriteros.
Me guarde un tiempo a solas, para mi, para pensar y decirle al mundo que se calle la boca y escuchar de mi misma que es lo que realmente quiero hacer.
Pero no estaba dispuesta a aceptar la sinceridad con la que me hable.
Un espejo, una silla y yo fuimos una cita casi perfecta de no haber sido por una angustia que comenzó a crecer en mi pecho.
No entiendo que me pasa
pero ahora entiendo exactamente que quiero
aunque me cueste aceptarlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario