sábado, 11 de marzo de 2017

De acero.

Su pelo bailaba una cancion que solo el viento entendía.
Y mis pupilas preguntaban por las notas escondidas.
El sol se asomaba desde atrás de su cabeza.
Mi visión era de otro mundo, de un momento etéreo, único en mi vida.
Y mientras mis manos rebuscaban las suyas
mi cabeza no paraba de pensar en como salir corriendo
como huir, como esconderme de semejante misterio descubierto,
como volver a las profundidades de mis recuerdos.
Su tacto cálido, genuino y mortal
desbarato todo mi arsenal.
Solo podía respirar el aroma de su pelo
que el viento gentilmente me alcanzaba,
inundo todos mis sentidos,
incluido el sentido del peligro. 






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