lunes, 3 de abril de 2017

Doble Marques de Sade -te vi y te sigo soñando-

Las cuchillas que había abandonado, 
el placer de creer que todo había terminado,
las duchas ya no tormentosas, ya no para ocultar el llanto.
Toda mi ilusión hacia una recuperación fue mentira.

Reemplace el daño físico 
por mi espejo de un Marques de Sade
que solo sabe de herir y de sangrar,
de romper y de quebrarme hasta dejarme destrozada.

Elegí al perfecto,
al único capaz de ser así ,
al único capaz de herirme lo suficiente
hasta saciarme del dolor.

Pensaba que por no ver la sangre 
estaba limpia de enfermedades, de miedos, de ira y tormentos.
Pero cuando apareció, se presento como una puerta,
y mientras entraba confiada hacia sus brazos, el cielo detrás de mi se volvía gris.

Hoy el negro de mi cielo me pide detenerme.
Puede que sea por esta noche, o para siempre, 
mis decisiones siempre fueron atemporales,
igual que mis dolores.

Y a mi marques de Sade (y a su doble), 
aunque nunca van a leer esto,
estoy enferma y en busca de mi verdadera cura.
y cuando la encuentre, los mirare a los ojos. 

No prometo nada.
Solo estar.
Solo evitar el abismo.
Verlos para siempre. 







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