sábado, 28 de octubre de 2017

Después de hablar: (escribir sin borrar)

Mi deseo de sentirme transparente me llevo de nuevo a lo que me hace sentir fuerte y a la vez débil, la escritura. Encontrar las palabras para describir mis sentimientos no es fácil, pero cuando lo hago entiendo mejor como me siento, es un ejercicio que me llena de aire los pulmones y hace que todo en mi se alinee, me quita las dudas. 
Pero expresarlo a alguien mas es una historia distinta. Algunos pueden no entender tu punto de vista, otros pueden juzgar tus palabras, tus sentimientos e incluso tu historia personal. 
Pero decidí que hablar me haría bien. Descubrí que una de las cosas que me herían era mantener en silencio algo que deseaba gritar, no porque quisiera que todos lo supieran, sino porque tenia derecho a llorar, a gritar, a expresar mis emociones de manera física sin sentir que me juzgaban por hacerlo, quería que se supiera el porque de mis gritos, que todos los escucharan y se sumaran a ellos. Tenia la esperanza de que alguien comprenda lo que quería decir y me apoyara en mis ideas, quería sentirme acompañada. 
A pesar de que fueron pocas las personas que me demostraron adversidad hacia mi liberación, muchas otras me apoyaron y me hicieron sentir que había personas con que las que puedo hablar, gente que quizás no veo jamas o con las que nunca hable y aun así estaban ahí para mi. 
Después de todo, aunque ocurrió en un arranque de valentía y fortaleza, tuve miedo, y me odie por sentirlo, pero le estaba confesando a todo el mundo que había sido victima de lo que ahora es un recuerdo horrible en mi cabeza. Lo dije de una forma especial para que se entendiera que estaba preocupada por los niños, por su educación, por el hecho de que el abuso sexual sea un tabú y que los padres no quieran advertir a sus hijos, pero en realidad solo lo hice por liberarme de esa mochila que me hacia sentir distante a los demás. 
Sentía que nadie sabia como me sentía, nadie me caía bien porque no sabían todo de mi y por ende no sentía que realmente les cayera bien por quien soy, sino por quien les quiero mostrar que soy, por mi mascara. 
Pero para sentirse acompañado cuando se necesita ayuda uno necesita romper con las barreras que lo hacen sentir solo. Lo dije porque amo mi soledad pero odio sentir que no hay nadie con quien hablar cuando lo necesite. 
Quiero usar este espacio una vez mas, porque cuando estuve sola y no había con quien hablar solo tenia mis letras y mis sentimientos. Encontré un espacio donde no solo me sentí a gusto, sino que nadie podía juzgarme por nada de lo escrito aquí, nadie podía decirme que podría sentir y que no, me desahogaba, lloraba pero nunca paraba siempre seguía escribiendo casi sin ver, arrancaba hojas, arrugaba otras, las desarrugaba y las apretaba en mi pecho, eran mías, era lo que yo sentía, mi mas preciado tesoro, lo único que valía algo para mi y que no me mentía, lo único que era real.
Las lagrimas cesaban y otro día comenzaba, quizás doloroso, pero tenia mi lapicera siempre a mano y eso me hacia sentir segura a donde vaya.
Le doy gracias a los primeros cuadernos que mi mamá compro para mí (y a ella también), en ellos puse mis poemas mas horribles y escribí cosas grotescas, salvaron mi vida entera. 
Amo escribir acá pero siento que voy a usarlo cada vez menos, pero siempre voy a volver, uno siempre vuelve a los lugares que lo hicieron feliz. 


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