Poder.
¿Sobre que?¿Para que?¿Por que?
Sobre mi.
Para vivir.
Porque no pude hablar.
Y porque el placer se mezclo con los nervios y el llanto, a cada latido me daban ganas de volver a intentarlo y de no parar. Ya no se trataba de placer o de una crisis nerviosa. Era el poder que sentía sobre mi cuerpo, eran gritos escandalosos que nunca salieron de mi boca, millones de balas que entraban en mi pecho y no salieron por mi espalda.
Cuanto me hubiera gustado que alguien lo entendiera. Que alguien se haya animado a preguntar que pasaba o cual era el verdadero fin.
¿Llamar la atención?¿Querer que todo el mundo lo sepa?
Y a mi de que me serviría. Le hubiese contado a cualquiera si yo sabia que ese cualquiera iba a darme un abrazo, pero me quede en silencio y decidí eso porque ya sabia que nadie iba a venir a abrazar a una chica que estaba rota y descocida. Nadie iba a llegar con un hilo y una aguja para coser mis cicatrices y dejaran de doler de una vez.
Era mas fácil controlar ese pequeño dolor que el emocional, ninguno era bueno pero uno me hacia sentir mejor conmigo misma que el otro, por eso lo prefería, podría llamarme hasta cobarde pero ya no interesa porque esos momentos escaparon y ya no hay vidrios clavados en el fondo de mi ser, solo quedaron las marcas incontables que fueron causadas por mis propias manos y el sentimiento de poder sobre mi propio cuerpo que nada mas podía controlar porque mi vida ya no era mía, mi vida era la estación de los problemas. O me destruían o me autodestruia.
Yo lo que necesitaba era gritar muy fuerte que no podía soportar un corte mas.
Solo quería que la persona indicara los viera y no pensara que era una nena estúpida que solamente quería llamar la atención, quería que esa persona se acercara a mi y simplemente dijera que no lo aceptaba pero que lo entendía.
Yo tuve que coserme sola mis propias heridas.
Dolio mas que habérmelas hecho.
Si no tuviese este Blog para escribir probablemente mi piel seguiría ardiendo.
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