viernes, 15 de julio de 2016

Después de ti no tengo hogares.

Me subí al taxi y lo único que deseaba era que me preguntara porque estaba llorando, solo para forzarme a mi misma a hablar. Pero para mi desdicha, el taxista no dijo nada mas que "¿A donde?" 
Yo sentía que mi cuerpo era otro, que yo era otra. Veía las calles y nada me parecía familiar, nada que me hiciera sentir como en casa desde que él se fue. 
Pense en decirle al taxista que me bajara, que le pagaba lo que debía y que quería seguir caminando, solo para alargar mi llegada. Pero la voz no me salio. Pense por un momento si este era mi verdadero hogar, si estaba haciendo las cosas bien, si me estaba esforzando lo suficiente o si necesitaba dar un poco mas de mi. 
No lo se, el taxista nunca me pregunto nada. 
Yo solo le di la plata y baje en mi casa. 
Abrí la puerta, entre, la cerré y me tire en mi cama. En mi cama fría. 
Solo quería hablarle a alguien sobre vos, que sos el que trae la luz del sol... 
¿Donde estas? 
Porque donde solía encontrarte solo queda tu olor y esta sensación de vació que la remera que olvidaste no puede llenar. 
Hasta el próximo rayito de sol, mi amor.


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