viernes, 19 de septiembre de 2014

A la sombra de la felicidad la llame como tu nombre, con un beso en cada borde y una canción para enamorar. Que desbordes mil colores por noche no debe ser casualidad, porque tus abrazos suaves y tormentosos causan lluvia y arco iris en mi interior. Tu cariño palpitante recubre mi cuerpo y lo entrega a la tormenta confiando que llegare sana y salva hacia alguna orilla, y siempre regreso. Tus besos lavan una y otra vez la oscuridad con la que convivo haciéndome sentir que nunca existió algo así dentro de mi, tu voz me hace olvidar el sonido de la lluvia quebrando mis huesos, y tus manos, dulces manos de papel, acarician mis manos,  yo no se porque las mías, no se porque de la forma en que lo hacen, pero no hubo para mi  felicidad mas grande que tus manos en mis manos,
tu futuro pegado al mio, construido con los mismos ladrillos y abrazos planeados para toda una eternidad. 
Ay, si yo pudiera por un segundo dejar de ceder ante tus caricias mi piel se quebraría, seca y fría, mis ojos palpitando el dolor de no ser observados por los tuyos, mi boca agrietada esperando el roce de tu suave boca. Siempre seré débil ante tu ser, ante tu sonrisa que explota en mis sonrientes labios, porque nunca encontré algo que me haga sentir mas viva que besarte mientras sonríes. 


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