viernes, 19 de septiembre de 2014

Alta en tus brazos, pequeña y a pedazos.


Que corazón mas noble, un camino torcido, blando y oscuro. Un dolor bajo los pies al dar un sencillo paso, un salto podría matar. Y tu boca kamikaze se pierde siempre a la orilla de mi cuerpo, podría decirse que imita al Sol y luego se esconde, cobarde o dubitativa, aun no he logrado descubrirlo, pero entre todas las bocas cobardemente dubitativas la mas bella (y perdida al borde de mi ser). Y para nombrarte tengo que gritar, merecedor de todo el amor del mundo y el espacio, no es porque quiera ver tu cara de sorpresa al no comprender porque te grito, es porque tu nombre no me entra en lo que es la infinidad de mi alma, me aprieta y me exalta, el aire me olvida y yo lo olvido, pierdo la consciencia, y solo estoy describiendo lo que me ocurre con tu nombre, que quema cuando lo pronuncio y me hace sonreír tontamente, igual que una enamorada sin salvación ni guarda vidas cerca, igual que mis ojos cuando te ven llegar. Y espero que no te sorprenda que deje la puerta abierta cuando se que estas viniendo, que planee cada paso de mi día para que en algún momento pueda volver a encontrarte abrazándome, que ya se que si no te beso igualmente me besaras, que con vos no puedo dejarme estar porque siempre llevas la espontaneidad bajo el brazo, la forma en la que tu libertad se expresa trata de contagiarme y yo salto, aunque podría matarme o doler demasiado...
Suicida hacia tu boca, para siempre.

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