martes, 8 de noviembre de 2016

Una suerte olvidada.

Venia tirando verdades, escupiendo odios y diciendo barbaridades, mi sincericidio estaba sucediendo y tenia todo bajo control pero dije: "Le puse el cuerpo, como siempre" hablando a cerca de una situación difícil, pero ella y yo escuchamos otra cosa. Me sorprendí al escucharme decir algo tan doloroso. Me movió tanto que empece a temblar. Camine hasta casa con esa frase en la cabeza y recordando todos los momentos donde poner el cuerpo había sido la única solución que había encontrado a cualquier problema.
Dicen que una historia no tiene principio ni final, que uno arbitrariamente elige el momento de la experiencia donde mira atrás o hacia adelante. Y para mi atrás ocurrió hace tres años, adelante es el hoy, pero no me queda espacio para pensar en el antes del pasado, en ese momento ínfimo casi invisible donde no tenia marcas propias ni cicatrices de otros, donde no sabia que lo mas importante que tenia que cuidar era mi cuerpo y no a mi misma, donde no me replanteaba toda mi existencia cada noche y donde todo era un juego. No me recuerdo siendo así, no me recuerdo sin preocupaciones.
Pero como quisiera...





No hay comentarios:

Publicar un comentario