Porque había algo de lindo y mortal en aquellos corazones que rompían todo reloj y marcaban su propios tiempos.
Porque había algo especial en aquellos brazos descascarados que no tenían fuerza para sostener nada pero sostenían todo mi llanto y mi cordura.
Porque había algo de inmortal en esa risa que me partía en dos
y me dejaba en mitad de una autopista abandonada, vacía pero conmigo, vacía.
Porque había algo de amor en mis dedos cuando tocaban tu pelo y tu espalda para abrazarte como una soga al cuello de un suicida, porque también esos abrazos fueron así de rotos, descocidos, y con un cariño de otro mundo.
Porque era mortal y lindo.
Por eso te quiero así.
Porque había algo especial en aquellos brazos descascarados que no tenían fuerza para sostener nada pero sostenían todo mi llanto y mi cordura.
Porque había algo de inmortal en esa risa que me partía en dos
y me dejaba en mitad de una autopista abandonada, vacía pero conmigo, vacía.
Porque había algo de amor en mis dedos cuando tocaban tu pelo y tu espalda para abrazarte como una soga al cuello de un suicida, porque también esos abrazos fueron así de rotos, descocidos, y con un cariño de otro mundo.
Porque era mortal y lindo.
Por eso te quiero así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario