jueves, 4 de diciembre de 2014

Y yo espero ser una gran mujer...

Grandes tras una pared simulando ser grandes, niños en el patio jugando a que no crecen. 
Llueven las cosas que nunca dijimos, los millones de besos que no compartimos. 
Cuento las veces que habré dicho que no era nadie para luego encontrarme un poco mejor sobre un par de hojas repletas de soledad.
Y solo una vez... solo una vez tuve miedo de ser la que menos quiso. Y es extraño, suelo ser yo la que juraría que (lógicamente) amaba mas. Y hoy me encuentro con mi primer hombre, si... mi primer hombre, y lo llamo así porque no puedo decir que es un niño (aunque suele verse así cuando hace de todo para que sonría), tampoco lo digo porque tenga algunos años mas que yo. Lo digo así porque el es el querido y amado, el que realmente hace cosas para ser merecedor de este cariño que yo tengo para el, es mi primer hombre porque es el primer chico que me hizo sentir que realmente me estaban amando casi tanto como yo lo amaba, pero después cada una de las palabras que me dirigía me chocaban el alma, el arrastraba mi corazón pero este no sangraba, el me hacia pensar... que me ama como yo lo amo.
Es mi primer hombre, en otras palabras, mi ultimo merecedor de amor.



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