jueves, 27 de agosto de 2015

Mis tácticas.

Erase una vez, allá por aquel pueblo olvidado, una niña, o un niño, o quien sea, también olvidado. 
Aquella persona, sola, pensaba todo el tiempo en sus recuerdos, esos momentos que nadie podrá quitarle, impalpables. A veces sin advertencia y por la noche, esos recuerdos acosan su mente hasta el punto en el que, en un abrir de ojos, se transporta a sus pesadillas. 
Llovía. La lluvia parecía entender su corazón y cada uno de los latidos que la acompañaban en cada paso. La lluvia parecía querer calmarla, hacerle ver que no esta sola entre tantos escombros, pero al compás de la lluvia sus ojos comenzaron a llorar. 

Es su vida, un intento mas, una falla de todos sus sueños, un tropiezo que le dejo la cara desfigurada pero aun con los sentimientos intactos. Todavía cree en las estrellas fugaces, en soplar un diente de león, en las cartas románticas escritas a mano... parece una niña, es lo que dicen todos, pero nadie sabe que también sigue creyendo en el cuco por sobre todas las demás creencias infantiles. Un cuco que a pesar de estar despierta, a veces se le presenta frente a ella. 
Y aquí estaría escrito el hermoso final feliz. 
Pero no. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario