sábado, 28 de noviembre de 2020

junio / no quiero morir ll

 Agradezco que duermas del lado de la cama que menos me gusta, y que extiendas tus piernas hasta rozarlas con las mías, las sabanas dibujan solas un camino hacia nosotros mismos. Tu risa compone la mía en un sinsentido de bromas tontas que nos decimos para vernos reír un rato antes de dormir. Tenemos la cara hinchada de tantos besos apretados, cortos, tiernos que nos damos. 

Estoy agradecida de tu sol caliente y bondadoso que se expande por la casa cuando llegas, me complace verte entrar. Vos me mostraste un lugar donde podía conocerme a mi misma, donde explorar todo lo que quiero ser (y donde no desear no es sinónimo de pecado). 

Me brindaste flores coloridas desde el primer domingo, noches de palabras y besos, frió y abrazos eternos. Estoy agradecida de que me hayas acompañado todo este tiempo, también me alegra que yo pueda hacerte feliz a vos, me hace sentir poderosa. No existen las pequeñas felicidades, todas son enormes cuando se trata de vos, y eso es todo lo que quiero que tengas, es todo lo que quiero darte.

Me siento agradecida por esta risa.  

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