Siempre me angustio al final,
mirar sobre el hombro y fantasear
con tener, con amar, con alejarme,
tendida en un bucle de mareos, vómitos
y distracciones mentales.
Flotando, se que tendré que bucear de nuevo,
hundirme en un sueño ajeno,
el tiempo empuja el apuro en mi pecho,
si tan solo pudiera detenerlo,
el pecho, el apuro, el sueño.
No duermo,
inútilmente reprimo pensamiento que siguen apareciendo,
sin dueño,
sin motivo aparente me entierro.
Bajando a lo lejos un hombre
que me mira con la mirada perdida
de pie, esperándome,
pero siempre llego tarde porque estoy vomitando,
coleccionando hojas viejas de un cuaderno que hace mucho no lleno de palabras vacías.
Leerme y saber que todo dolió tan intensamente,
me reprimo,
duele.
Ya no quiero mentir, estoy cansada.
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