domingo, 27 de julio de 2014

La bomba de Hiroshima.

No hay mucho que pueda hacer. Solo puedo esperar que se calmen un poco las avispas y se alejen de mis oídos porque ya no las puedo soportar. Siempre he sido de las que se plantan cuando quieren algo, nunca se me había ocurrido cuidarme, yo quiero y amo sin negociaciones previas y no me importo salir herida por ello ni era una opción aceptable para mi porque eso no me importaba, amo todas y cada una de mis heridas. Pero hoy creo que es importante pensar en las heridas que puedo causar en los demás porque eso haría que las avispas jamas se vayan, se quedarían conmigo día y noche, harían colmenas sobre mis pensamientos y sus aguijones clavarían la parte de mi de la que no puedo huir.
No se si pueda soportar guardarme lo que quiero.
No se si pueda soportar el dolor de las avispas.


Pero... ¿Desde cuando soy tan precavida cuando se trata de mis sentimientos?
¡Que vengan los aguijones!

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