El sonido de la criolla me pone nostálgica, pero siento que de algún modo nos pertenecemos. Siempre estuvo dispuesto a salir junto al sol, ese sonido tan amansador que cuidaba de una yo cubierta de ira y espasmos, como una canción de cuna cantada por una voz que extrañas escuchar.
Le pertenezco al sonido de una manera que no puedo evitar, pero siempre fue traído por alguien mas. Intento pensar si yo soy capaz de brindarme a mi misma esa paz. Quizás pueda, con un sonido algo diferente, decir que yo también estoy acá, y que no soy toda esta ira entorpecida,
soy un poco mas
mucho mas, corrijo.
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