lunes, 9 de junio de 2014

Las manos de la vid.

Te amo, porque sonreís y provocas amor, lloras y se me escapa la vida y los colores, tiemblas de miedo y dan ganas de llevarte lejos a otro mundo, de quitarte el miedo y pelear con tus monstruos. Porque cuando decís mi nombre me dan ganas de escucharte decirlo siempre "Flor... Flor..." porque sale una flor de tus labios con pétalos casi tan suaves como tu cabello, porque huele a tu perfume. Cuando dormís te imagino igual que ahora, perfumada, limpia, pálida... pienso en que si no fuese por esa sonrisa que escapa de tus sueños te verías como un cuerpo al que le arrebataron su alma y me imagino el momento para el que me miento creyendo estar preparada, lloro al imaginarlo y me doy cuenta que jamas lo estaré.
Jamas estaré preparada para que tus sonrisas me abandonen.





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