viernes, 16 de mayo de 2014

Las manos de tu alma.

Fue solo un sueño, decidí creer, de entre todas las respuestas que me formule me convenía esa y esta vez no tenia ganas de buscar que significo eso, solo cerré los ojos y volví a dormirme como si no hubiese sentido nada, una tormenta de vergüenza me cayo encima como agua fría y solo pude volver a dormir cuando me dije que solo había sido un sueño.
Al volver a despertar sentí de nuevo esa oleada de vergüenza, seguí mi día como si no me hubiese afectado en nada pero lo hizo, entonces me hice un tiempo para pensar sobre ello y dije para mis adentros que nada, absolutamente nada tenia de malo soñar y hacerle frente a mis deseos mas perdidos en mi ser, no se si te encontré la cara, tampoco recuerdo si logre alcanzarte o si vi el rostro de alguien conocido, pero me encontré a mi misma en una experiencia extra corpórea sintiendo algo parecido al placer de la música en si misma, en aquellas almas escondidas entre las canciones y quise en ese momento sentirme libre como la nada, sentirme una nada y hacer lo que se me venga en gana.
Al pensar en el sueño y en la forma en la que se fue desarrollando es que recordé aquella primer cosa en la que pensé cuando dije "Quiero..."  , y le siguió "...sentirme acompañada."
Quien lo diría, que de entre todos mis deseos aquel fuese el primero que se me vino a la mente en aquel sueño que también fue mitad pesadilla porque no logre visualizar ninguna mirada femenina o masculina, solo un par de manos que salían de la oscuridad y abrazaban mi cintura y subían hasta mi espalda desnuda haciendo círculos que subían y bajaban hasta el fondo de mi espalda que para el final del momento ya no lograba sentir, la otra mano que estaba sobre mi cabeza solo tocaba mi pelo y sacaba sus nudos, tirando de ellos de la forma mas suave que nadie nunca me había tocado el pelo y sentí que caía en un sentimiento de amor por aquellas manos y ganas de tomarlas mas cerca, y así fue como con la fuerza de un huracán me acurruque sobre esas manos llenas de todo aquel amor que me estaba ardiendo en el final del pasillo de mi corazón, como un pequeño fuego que ya no encontraba lugar para seguir creciendo.
Así, esas manos llegaron a tocarme el alma, termino como si hubiesen hecho un ritual con mi cuerpo y una extraña manera de dejarme con ganas de una segunda sesión espiritista y solo recuerdo que tenia el corazón sobre las manos ofreciendolo y esas manos poco a poco dejaron un rastro de olor desconocido sobre mi rostro con aquellas caricias para luego alejarse de nuevo en la oscuridad de la noche, como un conocido que nunca tuve el placer de conocer y me lleno de esa compañía extraña que luego se convirtió en ganas de sostenerlo, que me acune con sus manos cerca de su corazón de nuevo y me deje escucharlo latir tan fuerte y vibrante como el sol.



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