viernes, 30 de mayo de 2014

Quiero que me quieras.

¡No! ¡Exijo arrancarme la mente! Tengo pánico a lo que podre convertirme sin ti, a las noches frías de Invierno fallidas al amor y a los pies fríos, a las compañías que me das cuando me encuentro en soledad y a los pasos que creo que das cuando realmente no, a el calor que siente el pecho cuando imagina una situación que va desde tus ojos a mis ojos y mi cuerpo se empieza a corroer y caer en pedazos peor que la pared mas vieja.
Quiero dejar de pensar en vos, porque me hace daño, pero me hace un daño que me gusta y es imposible para mi decir que no me dañas ¡Lo haces! Todas las noches, todos los días, en todos los sueños, entre todos mis dedos... pero ¿Que podría hacer yo contra esos daños que me haces y me hacen querer mas heridas? Es imposible para mi decir que pares, hacer un alto a esto porque estas heridas, golpes y magulladuras no son mas que de dejar de respirar casi por un segundo al pensarte claro y tibio con los ojos abiertos, de brazos fuertes para hacerme entera y de cabellos a los que podría quitarles las malas ideas que dañan las buenas, estos daños no son mas que solo ansias y ganas de poder decir que te quiero y envolverlo en papel de regalo, dártelo y salir corriendo de allí cuanto antes, este daño...
este daño no es mas que solo los te quiero que no puedo decirte.



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