jueves, 28 de abril de 2016

Te fuiste.
Se nota por todos lados.
Si te fijas bien, me cuesta dormir, me cuesta incluso venir a la cama, me cuesta abrazar el oso de peluche que ya no me alcanza, me cuesta comer y mas que dormir, me cuesta estar despierta. Me duermo tarde, me levanto tarde. No puedo leer, no quiero hacer nada, no tengo ganas de hacer nada aunque se que algo tengo que hacer. Ir a la Facultad me hace salir, vivir un rato el día, me hace ver lo lindo que es estar afuera, el sol en la cara, la caminata acompañada de música...
y otra vez en el departamento soy otra.
Te extraño.
Busco la forma de hacerme a la idea de que este año no vas a venir.
Que es bueno estar sola, que puedo hacerlo, que lo necesito para poder estudiar.
Pero no logro poder pensar que aun falta casi todo un año para que vivamos juntos por fin.
O no se si vas a poder, si voy a poder, si vamos a...
No puedo soportar las ganas que tengo de verte, de que vengas, de poner mis pies fríos entre tus piernas calientes, de abrazarte sin que me alcance, de que me beses, despertarme con tu brazo sobre mi cintura.
No puedo dejar de pensar que en cualquier momento vas a entrar por la puerta.
No puedo cocinar porque me niego a volver a cocinar para mi sola después de haber estado una semana cocinando para dos.
Siempre siempre te estoy esperando.
No se como seguir estando bien, pareciera que fingiera vivir todo el día, como si viviera en pausa, mirándolo todo pero sin prestar atención.
No salgo corriendo porque sobrevivo con tus llamadas, tus mensajes, tus fotos y mi imaginación.
Pero nada puede reemplazar el tiempo que pasamos juntos.
Te extraño. Quiero verte.




domingo, 17 de abril de 2016

Para que entiendas la diferencia.

Un día, peleamos. Fue la cosa mas estúpida por la que dos personas puedan darse el lujo de pelear, pero ocurrió, me enoje, se enojo... espere que me gritara, que me dijera cosas feas. Pero solo susurro diciéndome "hace lo que quieras". Me di cuenta que hasta había pronunciado esa frase con miedo a ofenderme, a que yo me enojara mas con él. Lo mire porque no supe como reaccionar, sobre todo porque yo si le había estado gritando. Inmediatamente me dio lastima haber esperado que me tratase mal y que me susurrara algo así, sin maltratarme, sin decirme que era, lo que verdaderamente soy, una idiota.
Esa fue la primer y ultima vez que peleamos.
Hubo un día en que habíamos quedado para juntarnos en mi casa, vino y al subir a mi pieza me encontró llorando tirada en el suelo con grandes preguntas sin respuestas rondándome en la cabeza, preguntas que me lastimaban... el solo se me acerco y se recostó al lado mio dándome mimos, preguntándome que me pasaba, besándome a cada rato. Y cuando me digne a decirle que me ocurría, solo me miro prestándome toda su atención, sin pensar que estaba loca o que era melodramática, me abrazo y me mimo hasta que me calme. Sonreí, como cualquier chica que acababa de ser salvada por un príncipe haría.
Y cuando le conté el hecho mas traumatico que me ocurrió en mi vida, al verme llorar, me abrazo.
Si, vos ¿Podes creerlo? ¡Me abrazo! No me pregunto porque había pasado, como, ni me juzgo, trato de darme responsabilidad en aquel hecho, ni siquiera hizo comentarios hirientes o dijo que no me creía.
¿Podes creer que alguien tan diferente a vos exista?
Existe. Y te sorprenderías al ver la persona que soy cuando estoy al lado de él.
Vale mas que todo el oro del mundo.
Yo lo se... y vos también lo sabes.






Cuando las mujeres responden.

Ese día eras otra persona.
¿Quien?
La verdad, no lo se.
Pero no eras quien amaba
y muchos menos quien deseaba.
Te odie.
Te odie porque me olvidaste
como a la misma nada,
como si no hubiéramos sido nada
como si no te hubiera visto caer
y te hubiera agarrado muchisimo mas fuerte la mano,
aunque yo pudiera caer con vos
en el mismo agujero
donde te estabas metiendo.
Te odio porque no me defendiste
ni me cuidaste de vos.
Porque poco te importo
si yo pensaba, si decía, si sentía.
Todo siempre fue
tu decisión, tu opinión
y siempre tus ganas.
Siempre siempre tus ganas...
¿Y las mías?
Quizás pensaste que por tener
el beneficio de mi amor
podías ser un tonto
a tiempo completo.
Pero ese día te dije que no.
Y todo se fue al diablo.
Al diablo digo, porque pareciste uno
porque me mirabas como si te hubiera ofendido
y yo solamente exprese "no tengo ganas"
y vos solamente gritaste.
Me fui.
Y ese día, a pesar de que
seguimos juntos casi un año,
me fui,
y lo hice para siempre.
Vos no entendiste nada, ese "no"
a vos no te sirvió.
Pero yo entendí
que ese "No" tenia peso
y que si no eras capaz de respetarlo entonces
para que voy a seguir queriendo
a alguien que me ama
porque soy su cosa, su "algo"
y no por ser la persona que soy.
Porque sin amor
todo es desagradable...
eso es lo que vos me enseñaste.




 





domingo, 10 de abril de 2016

Lo que nos perdemos.

Siempre tuve la sensación de que no estoy viviendo. De que estoy desperdiciando tiempo valioso sin hacer nada de todo lo que deseo hacer, sin hacer nada de lo que me haría feliz.
Hubo un año en que la idea de morir venia repetidamente a mi cabeza, creía que podía morirme en cualquier momento "porque uno nunca sabe", pensaba, y que no había vivido nada de lo que quería, que iba a morirme, y lo peor, que iba a morirme siendo infeliz. Pero ahora veo que solo era un miedo irracional. Hoy, estoy en un lugar donde me siento completamente parte, un poco perdida, pero parte.  Feliz, llena de eso que tanto me hacia falta.
Las cosas cambian, los mundos cambian, los lugares, mis propios pensamientos, mis necesidades y pasiones, pero no podía esperar a crecer, ser mayor y salir a la vida. ¿Quien quiere esperar? ¿Por que gastar años de mi vida educándome? ¿Educándome para que? Se que en un futuro veremos realmente lo que es mas importante, apreciaremos el sol, el mundo, las estrellas, el cielo, la música, el arte, la naturaleza, el viento, el placer, el amor... la vida, apreciaríamos el destino de cada quien, las diferencias, la personalidad de cada uno, nuestra propia diversidad. Eso era lo que yo quería para mi, que nadie viniera a decirme que soy una idiota solo porque no soy buena donde se supone debería serlo. ¿Quien me obliga a ser buena en algo que detesto? ¿Quien me dice que mis errores son mucho mas importantes que aquello que realmente me apasiona? ¿Por que no educarme solo en lo que me gusta hacer?
Siempre tuve la sensación de que me estoy perdiendo todo, de que no estoy viviendo. Pero hoy tengo la certeza de que este lugar es donde tengo que estar, que estas son las cosas por las que tengo que pasar y que esta es una meta que voy a tomarme todo el tiempo por cumplir ¡porque realmente vale la pena! y porque es lo que mas deseo.
Perdí mucho tiempo esperando este día, estos días, estos años, este espacio, mi lugarcito en el mundo. Y acá esta. Tanto tiempo y acá esta y me hace tan feliz como creí que seria.
Ahora a vivirla.
Y a apreciar cada instante.




miércoles, 6 de abril de 2016

Y cuando nos volvamos a reencontrar, el eclipse sera total.

Sábado, casi tres de la tarde. Hace cuatro horas que estoy despierta, no se que escuchar, no se que es lo que quiero escuchar.
Pongo mi carpeta de "mix de música" donde tengo todas mis canciones favoritas de todos los álbumes de música que tengo. Decido poner esa lista en aleatorio. Primero pasa una canción de Alex Turner, Onda Vaga, Boom boom kid, The smiths.
Elijo dejarlo así.
Me levanto de la mesa, camino un poco buscando lo que sea, mirando si la llave del gas esta cerrada, lo esta. Vuelvo al comedor con una taza de cereales, me como un puñado y no vuelvo a tocarlo. Siguiente canción, otra de Arctic Monkeys, me gusta, la tarareo, canto el estribillo, termina. Miro a la ventana, el ruido de la calle me molesta, autos paseando escuchando cumbia, olvide la letra de la siguiente cancion. ¿Cual es? Bueno, me levanto de nuevo, llevo la taza casi intacta con los cereales
a la cocina, las tres y media de la tarde. Me duele la hora, no se que hacer, miro de nuevo la hora, parece que se riera de mi a mis espaldas.
Agarro el reloj que cuelga de la pared y lo dejo en el suelo, dado vuelta, no quiero verlo. Voy a la cocina, guardo los cereales de la taza y corroboro por cuarta vez en el día la llave del gas, y como no, estaba cerrada.
Abro la ventana, miro hacia abajo, octavo piso, una vista maravillosa hacia abajo, la vereda rota, la gente que pasa caminando esquivando las raíces del árbol que se asoman bajo el pavimento, este día huele a monotonía.
Lastimosamente levanto el reloj del suelo, las cuatro ¿y si me acuesto? No, mejor hago algo. ¿Que? Bueno, ya se me ocurrirá.
Mejor salgo un rato a caminar. Auriculares en mano, celular cargado a medias, zapatillas cómodas, musculosa, pantalones cortos, llave, y bajo por el ascensor.
Abro la puerta, bueno, mas que abrirla la empujo con la cadera, es pesada. Salgo hacia doce, miro vidrieras un rato, nada me gusta, no me apetece entrar a ninguna tienda, ni siquiera esa que mi mamá juraba que tenia ropa del tipo que me gustaba, canciones de Blur pasan por mis oídos, se extienden por mi cuerpo, sus canciones pegajosas me levantan un poco, no puedo evitar mirar al cielo, nublado por donde lo veas. Ya que descubrí mi estado de animo, nostalgia, decido poner Gorillaz, disfruto
de Demon Days, como no.
Las seis, canta mi celular, no entiendo como se me escapo tanto el tiempo, al final no compre nada
y decido volver a casa. Siento ansiedad, me pasan por la cabeza miles de ideas sentada en la mesa de mi comedor, pero no quiero levantarme, tengo hambre, pero no quiero cocinar. Me levanto, voy a la cocina y agarro una manzana, quizás después coma algo mas, sin darme cuenta me duermo en la silla, las siete, las ocho, las nueve.
La pared blanca me molesta, me hace sentir que estoy en una habitación vacía, esta es mi casa ahora, me digo, y se me pasa por la cabeza la idea de colgarle alguno de mis dibujos ¿No me hará ver como una engreída? Bueno, es mi casa, y con esto me convenzo.
Las doce.
Faltan dos horas. Decido ponerme la alarma, duermo un rato mas en la silla y a la una y media, suena mi celular, me despierto, limpio un poco el piso, me cambio para estar presentable. No puedo evitar el temblor en mis manos, si, estoy nerviosa.
Recuerdo que deje el reloj tirado en el piso y lo levanto, lo cuelgo y lo miro con recelo. Suena el timbre. Me recorre un escalofrió de placer ante ese ruido.
Entra por la puerta.

Domingo, dos de la madrugada, todo el sueño que tenia se desvaneció, me sudan las manos, me tiemblan las rodillas y el labio, no puedo decir nada, bueno, no se que decir, esta parado frente a mi después de casi dos semanas sin vernos, no me atrevo a mirarlo a la cara, se que voy a llorar, se me empaña la vista, me levanta el mentón con su mano y mi pecho se estruja, me duele, me hace vibrar de plenitud. Se me escapan las lagrimas, mi cara es horrible cuando lloro así que lo abrazo con fuerza ocultando mi cara, me levanta y envuelvo su cuerpo con mis piernas. Nos mantenemos así un tiempo, llorando, su pecho se infla y se desinfla muy rápido, se que llora porque tengo mojado el cuello, me besa.
Las dos y tres minutos, pienso en decirle que no quiero que se vaya pero se que tenemos los días contados, así que no lo hago. Se me estruja un poco el corazón al pensar en que es solo una visita y que no se va a quedar, pero no puedo evitar sentir emoción.
 Lo miro, desde que entro por la puerta este departamento me parece un hogar, bonito, cómodo. Él lo cambia todo. Me cambia, me trasforma, pone todo patas arriba, quiero que se quede, quiero que se quede para siempre. Estoy feliz, no quiero volver a tener un día como el de hoy, aburrida, cansada, dolida, monótona, casi como un robot.
Yo quiero que su torbellino me lleve, me haga sonreír y que me haga olvidar que existe algo llamado "despedida".
Su ropa tirada en el suelo me parece la cosa mas maravillosa del universo, cuento los pasos que da hasta llegar al baño, lo veo cocinar, se ríe y yo rió con el, note que se había rasurado un poco la barba, me gusta, va hacia el comedor y lo sigo, le digo que lo amo y me responde con un beso. Ah, suspiro, su risa contagiosa inunda el departamento, me siento viva, me volvió el color a las mejillas, no me da miedo la oscuridad de la habitación mientras lo abrazo en la cama con las piernas enredadas
en su cuerpo, ronca y lo miro dormir, le doy un beso en el cachete y abre un poco los ojos, se mueve un poco solo para invitarme a acostarme sobre su pecho, lo hago, y me duermo con mas facilidad de la que he dormido en esta semana en soledad.
Me despierto con el sol en la cara, el miedo me invade, pero veo su rostro antes de que pueda asustarme del todo, le doy un beso y sonríe, lo miro mientras en un segundo vuelve a dormirse, me pregunto cuanta vida puede darme este hombre, y como si él pudiera leer mis pensamientos, abre los ojos y me planta un beso sorpresa.
Tanta vida me da que siento que si se marchase algún día podría morir.


La linea.

Entendí después de muchos años que nada ni nadie va a esperarme.
Todo el mundo va a seguir su camino, van a seguir hacia adelante mientras yo me atasco, algunos van a acercarse, preguntar si necesito ayuda, mi orgullo les dirá que no necesito nada y ellos simplemente se alejaran. Lo harán porque tienen sueños, tienen luz, porque sus vidas no han sido maravillosas pero aceptan lo que les ha tocado. Pense si aceptarían lo que a mi me ocurrió si les hubiese pasado a ellos, si se hubiesen atascado en el tiempo como yo o si hubiesen salido adelante, brillando, apreciando el mundo.
¿Como reconozco la linea entre lo que esta bien y mal, lo que puedo aceptar y no? Yo tenia una linea "ni un beso", y así la mantuve durante un tiempo, pero la sociedad se encargo de hacer esa linea mas gruesa, mas fuerte, luego mas fina, mucho mas fina, de agarrarla, torcerla... hasta que se corto.
¿Por que soy yo la culpable?
¿Por que no puedo yo tener justicia?
¿Por que el mundo no quiere oír?
¿Que es lo que esperan de mi?
Que les diga que tenia un escote, que tenia 17 años, que mi pollera era muy corta, que fue una noche en un callejón a la salida de un boliche. Quizás en un auto, que me pregunto si quería que me llevara a casa y yo "como una pelotuda" dije que si, que me puso algo en la bebida, que era un negro de la villa... Nadie espera que diga que fue a las cinco de la tarde, demasiado cerca de mi casa, que era un hombre grande y de familia, que nunca uso la fuerza conmigo, que no fue violento, que no me defendí, que no grite, no esperan oír que tenia mucho menos que 17 años.
Porque si yo les digo eso, ellos no podrían culparme de nada, pero si era una chica que salia de bailar con un escote entonces podrían decir cosas como " Se la busco " o "Andaba pidiendo".
¿Como podes explicar entonces que algo así me haya pasado a los 10 años sin nada desarrollado?
¿O van a decir que mi pollera de floricienta era lo suficientemente sexy como para excitar a un hombre mayor?
Y cuando digo "no me defendí" ¿Acaso estaba dando por sentado mi consentimiento? ¿Por que me piden marcas de pelea? ¿Dar sexo o satisfacción por tu propia vida no es una marca de pelea? Porque es una marca horrible para mi. ¿Y si le decía que no? ¿Y si me mataba? Seguro que ahí si culparían al culpable, pero algunos seguirán especulando, hablando de mi pollera, de mi cuerpo. Lo culparían cuando ya no pueden hacer nada por mi. Pero estoy viva, y eso significa que no tuve justicia y que estoy sometida a todo lo que sociedad podría opinar de mi.
¿Yo lo estaba pidiendo?
¿Ella lo estaba pidiendo?
¿Él lo estaba pidiendo?
No.
Nadie.
Nunca.