martes, 18 de julio de 2017

Educado en la escuela del padre

Como único hijo,
nació mirando al sol,
sostuvo sus pies en una tierra
que luego hundió.
Se miro al espejo pero no se reconoció
sus facciones once años después
eran bruscas, únicas,
plagadas de experiencia con drogas.
Se notaba al verlo pasear
que la gente le huía a su mirada,
él levantaba firme la suya,
enseñando lo fuerte que era
sin el peso de un arma.
En la noche helada
se revolvía acostado en un banco
de una plaza cercana a su casa,
huyendo de la escuela del padre.
Esas noches era hijo del rigor,
carne de cañón,
ojos abrillantados de susto.
 Aun con el peso de un arma,
se sentía desarmado.
El frió nos cala los huesos a todos.
El hambre nos duele a todos.
Pero todo dolor se siente mas insoportable si se esta solo.
No somos quienes para divagar
si una bala vale mas en su cuerpo
que en el nuestro.

Lo que hiere, 
desde un principio siempre fue la indiferencia.





martes, 4 de julio de 2017

Ojos de arrebol

El arrebol se acerca y tus pies siguen apoyados en el suelo de mi casa.
Intento coordinar mis sensaciones, pero pones todo de mi en otro plano, lo envuelves en un abrazo.
Tu piel es mi barrera, me protege de aquello que se esconde en el exterior, todo lo que vos no sos.
Intento rezar y me aferro a tu brazo, pero a Dios ya no puedo pedirle nada.
En este mundo solo somos vos y yo.
El futuro y la esperanza. Una camisa roja que me sirve de bandera, tu beso en medio de la guerra.
Tu mano alzada entre la gente para poder verte, tu mirada de arrebol que mira mas allá de mi.
Vos entendes. Miras y sonríes. Construyes y siembras. Olvidas y sigues. Perdonas y proteges.
Te amo mas allá de mi. Mucho mas allá. Entiendo tus gestos y lo que sos para el mundo en general, no solo quien sos para mi. Quien sos para vos.
Sos quien conoce todos los caminos, todos los finales, como llegar al final feliz y como hacer que todo se destruya con la facilidad con la que se pestañea. Y yo te confió como mi guía, para toda la vida, porque se exactamente hacia donde me llevas.

(Y si algún día pierdes tus ojos, no tengas miedo, me enseñaste perfectamente como ser mejor)