viernes, 25 de noviembre de 2016

Track 1

"El que este libre de pecado que tire la primera piedra" Y él la tiro. 
Cuando fui yo quien construyo sus sueños. Fui yo quien lo perdono en las mentiras y los engaños. Yo fui la que robo sus miedos para que dejara de verse como un niño asustado mientras yo temblaba todas las noches por mis miedos, por los suyos y las habladurías del mundo. Yo lo hice participe de mis sueños, de mi futuro, de mi cielo y mis infiernos sin dejar que cayera o se quemara con mi fuego. 
Y tiro la primera piedra. La única piedra que logro herirme.



martes, 22 de noviembre de 2016

El huracán de la ciudad.

Su gente acelerada.
El sol perdido (casi abandonado) detrás de edificios.
Luces brillantes que molestan y marean.
Sonidos irritantes.
El olor nauseabundo a humo.
Viajes en micros atestados de gente.
Autos yendo a gran velocidad,
cruzando en rojo,
tocando bocina a cualquier peatón
también apurado por cruzar.
Gente que camina sin prestar atención
(que ya han olvidado que era mirar al otro)
chocando y tropezando
con un celular en sus manos.

Y entre el alboroto
una pareja abrazada y
a los besos entre palabras de amor.
La gente pasa caminando rápido por su lado, sin mirarlos,
y ellos quietitos, juntos
deteniendo toda la ciudad por un abrazo.


lunes, 21 de noviembre de 2016

Estatua, reventar, pedazos, añicos... nada.

Reviento.
"Es solo un momento"
las malas lenguas 
de sangre caliente. 

Mírame.
¿Te parezco estar bien?
Estoy mintiendo en tu cara.
¿Podes verlo?
Tengo el destino en mi bolsillo
y los sueños partidos. 

Reviento.
Lo vi venir en mi sueño,
sonreía
pero tenia manos de tijera. 
Corrí lejos
pero no sirvió de nada.

Porque su mano en mi cintura
dolió mas que los cortes,
que el fuego,
dolió mas que los golpes. 
Porque su sonrisa helada 
congelo mi corazón.

Reviento.
Porque pasaron nueve años,
pero en sueños
en pesadillas
en recuerdos
todo vuelve una vez mas. 
Su mano me atrapa de nuevo. 

Me canse de escribir sobre esta historia,
de escribir en su nombre,
de encontrar secuelas,
del odio que irracionalmente me nace hacia mi misma.

Me canse de recordar 
la ropa que tenia puesta esa tarde
y de olvidar la ropa que tenia puesta ayer.
De recordar exactas las palabras que me dijo
y de olvidar el mensaje que mande recién. 

Reviento
porque no puedo creer que después de nueve años
no pueda olvidarlo. 
No quiero que me persiga, pero lo hace.
No quiero volver a soñarlo, pero lo hago.
No quiero sentir de nuevo, pero lo siento.

Y no encuentro como parar los recuerdos una vez que aparecen.

Era fácil levantar el filo 
y reventar, olvidar por un rato 
si lloro de dolor 
o porque mi alma se esta pudriendo.

(Cualquier cosa
dolía menos que esas manos.)


Hoy recuerdo.
Pero el filo ya no tiene sentido,
quiero crecer y aprender a convivir con esto. 
Pero me deja el cuerpo adolorido
buscando un lugar para huir
que ya no es una opción para mi.

Este hombre me hizo de hielo
solo quiero derretirme pero
no encuentro el calor,
no encuentro el sol. 

Aprendí mal a salvarme.
Y ahora que mi salva vidas tiene espinas
no se como sobrevivir. 






martes, 8 de noviembre de 2016

Una suerte olvidada.

Venia tirando verdades, escupiendo odios y diciendo barbaridades, mi sincericidio estaba sucediendo y tenia todo bajo control pero dije: "Le puse el cuerpo, como siempre" hablando a cerca de una situación difícil, pero ella y yo escuchamos otra cosa. Me sorprendí al escucharme decir algo tan doloroso. Me movió tanto que empece a temblar. Camine hasta casa con esa frase en la cabeza y recordando todos los momentos donde poner el cuerpo había sido la única solución que había encontrado a cualquier problema.
Dicen que una historia no tiene principio ni final, que uno arbitrariamente elige el momento de la experiencia donde mira atrás o hacia adelante. Y para mi atrás ocurrió hace tres años, adelante es el hoy, pero no me queda espacio para pensar en el antes del pasado, en ese momento ínfimo casi invisible donde no tenia marcas propias ni cicatrices de otros, donde no sabia que lo mas importante que tenia que cuidar era mi cuerpo y no a mi misma, donde no me replanteaba toda mi existencia cada noche y donde todo era un juego. No me recuerdo siendo así, no me recuerdo sin preocupaciones.
Pero como quisiera...





El ritual:

Después de juntar los elementos necesarios, entre ellos el valor, agarre la araña con mis manos, la puse sobre mi pierna y la deje caminar libre por mi cuerpo. El miedo me invadió pero ya no era mi motor, sino la adrenalina. Cada una de sus patas dejaba una huella pequeña en mi piel y en esas huellas que iba dejando podía sentir mi piel arder. 
Cuando ya no podía verla mas, la retire de mi y la mate, la aplaste. 
Toque aquellas zonas por donde sus patas habían dejado huella y comprobé con asombro que estaban mas calientes. Si, estaban vivas. 
Revivió mis zonas muertas, las lleno de calidez mientras mi cordura ponía la otra mejilla. ¿Esta soy yo ahora? Me pregunto, pero es inútil porque ya se la respuesta a esa pregunta. Ahora soy. Sencillamente. Acabo de llenar mi cuerpo de guerra, de escombros y de soldados heridos, de lagrimas y sangre, de miedo y muerte. Pero también de vida. Porque detrás de todo el dolor, el ardor y mi confusión, me siento viva, las mejillas coloradas, las lagrimas colapsando sobre mi rostro llenando cada bache y mi piel arder. 
Perdí otra vez contra mi. 

Pero me siento viva, y eso es lo que yo quería. 

viernes, 4 de noviembre de 2016

Lo hice a conciencia:

Y me duele tanto. 
Pero ayer todo el dolor me volvió al cuerpo de un golpe seco.

¿Bañarme? Lo hacia seis veces por día minimamente. No me acercaba a nada que pudiera hacerme sentir ardor en la piel así que el procedimiento era abrir el grifo del agua fría, entrar sin pensar, sostener el jabón y pasarlo principalmente por mi plano pecho tantas veces como quisiera, frotaba y frotaba hasta que comenzaba a dolerme hacerlo, paraba unos segundos, lagrimas, jabón de nuevo. Diez años y un trauma.
El espejo me devolvía una mirada donde no me encontraba, miraba profundamente dentro de mi y nada. Solo silencio y un secreto que no superaba a mi familia cercana, nadie mas lo supo, nadie mas pregunto. Me hicieron sentir que era algo que tenia que ocultar, ni siquiera ellos intentaron hablarme de eso, nunca paso.
La noche y los demonios volvían, me tapaba la cara con la sabana espantada por si él aparecía. De su casa solo me separaba su patio, la enredadera, mi patio, y después la ventana de mi habitación. Imaginaba guerreros y héroes en mi patio, esperando a verlo intentar venir a buscarme para destruirlo, destapaba mi cara y mi valentía, miraba hacia la ventana con el corazón pendiendo de un hilo sucio y no lo veía. ¿Pero quien dormía tranquilo en su cama? Él. Mi mayor miedo era que atravesara mi ventana una noche y me sacara de mi casa, que se acerque a mi de nuevo. Pero nunca mas lo hizo y aunque a veces me observaba desde la comodidad de su patio, nunca vino a buscarme a mi habitación.
Pero yo lo sentía venir todas las noches. Cualquier pequeño e ínfimo ruido era él acercándose a mi ventana, cualquier sombra era su cuerpo. Intente por tanto tiempo olvidarme de sus manos de hojalata apretando mi corazón que hice todo lo que estaba en mi alcance, aguante el dolor, lo deje ir, sangre por dentro, sangre por fuera, tire piedras a su techo, me resguarde bajo las sabanas durante años, lo miraba con desafió cuando lo cruzaba y otras veces iba caminando con la mirada al suelo por la vereda del frente  y en el refilon de su mirada sentía una punzada que me hacia empezar a correr lo mas rápido que podía, me imagine perdonándolo por todo y también, me imagine matándolo.
Nada sano.
Todo sigue igual de roto.
Esta vez fue a conciencia, te recordé, te hice honor y me deshice en un ovillo de dolor sobre mi cama. "Mañana sera otro día" pensaba. Pero ¿mañana cuando? Si solo sigo volviendo al ayer y no se como dejar de ser una niña asustada.


martes, 1 de noviembre de 2016

Chica sin suerte.

Caminaba bajo la lluvia como si esta fuese suya.
Perdiendo el tiempo con los dueños del mar,
dejando a los malos ganar.

Volviendo el tiempo atrás
aterrizando en recuerdos de cartón y lluvia,
de olor a tierra mojada y hojas.

Deseando mas tiempo para gastar,
mas tardes para caminar,
mas sol para adorar,
mas latidos para andar.

Haciendo malabares con el agua y la sal
queriendo olvidar cada cosa que hizo mal.
Es la reina de la tempestad,
nadie la puede parar.
(Quedaba bien este final
pero ella sabe que no es verdad,
se ha detenido tantas veces en su vida
que ya sabe cuando la vida la va a golpear)

Pero tiene agallas
y en un acto de fe propio
le devolvió al demonio todo lo que le debía
para no volver a verlo en vida.